miércoles, 10 de marzo de 2010

Carlos Slim, magnate de la comunicación, arrebata el trono a Bill Gates




Por primera vez un latinoamericano se coloca en primer lugar en la lista de 'Forbes', por delante de Bill Gates Warren Buffet.- La lista incluye a 13 españoles, con Amancio Ortega a la cabeza

Carlos Slim es, seguramente, la figura más influyente de las Américas. Y no sólo
porque haya logrado desbancar a Bill Gates como el hombre más rico del mundo. Eso es casi una anécdota. A sus 70 años, el ingeniero, empresario y filántropo mexicano controla un imperio en el sector de las telecomunicaciones, con el que planta cara a rivales como Telefónica y Verizon.

La austeridad, dice a sus empleados, es una "vaca lechera" en tiempos de crisis. Slim es un empresario de principios, con un olfato particular para comprar activos a un precio muy bajo. A los 25 años, este apasionado del arte y del béisbol empezó a construir su imperio, con los primeros pilares en el sector inmobiliario. Dos décadas después diversi-ficó el negocio y eso le llevó en 1990 a comprar Teléfonos de México (Telmex).

El holding incluye América Móvil, el mayor operador de móviles en Latinoamérica. Su imperio se completa con inversiones en medios de comunicación. Slim entró a final de 2008 en The New York Times, del que controla el 16,3%. Aunque el sector pasa por apuros, le atrae la apuesta por sacar tajada al potencial de las nuevas tecnologías.

Hace un mes, la autoridad de la competencia en México le dio luz verde para consolidar las actividades de su operador de América Móvil con Telmex Internacional y Carso Global Telecom. Así podrá ofrecer en todo el continente un paquete conjunto de telefonía, televisión por cable y servicios inalámbricos.
La pugna por el liderazgo del club de los multimillonarios la ha ganado esta vez el empresario mexicano Carlos Slim, que se ha impuesto por un ajustado margen a Bill Gates. Es el primer latinoamericano -y el primer no estadounidense desde 1994- que sube a lo más alto de la exclusiva lista de la revista Forbes . Y es la muestra también de que los países emergentes tiran ahora de la recuperación global mientras los ricos quedan rezagados.

El riesgo está de vuelta, y eso ayuda a generar más riqueza por todo el mundo, como señala Steve Forbes, editor de la revista que anoche dio a conocer la famosa lista de millonarios en 2009. Y con el retorno de las ganancias en Wall Street, las grandes fortunas suspiran por hacer dinero. Una realidad que se distancia de la economía real, donde las réplicas de la Gran Recesión mantienen muy alto el paro. "Los problemas no están resueltos", advierte, al tiempo que señala que aún queda un "largo camino por recorrer".

La edición de 2008 fue la que sufrió la mayor destrucción de riqueza reportada por la revista en 24 años. Entonces el club perdió 355 socios. Ahora son 218 más, en concreto 1.011 integrantes, con una fortuna conjunta de 3,6 billones de dólares (2,6 billones de euros). Es un 50% de aumento en un año, aunque el repunte económico global no fue suficiente para tocar el récord de 4,4 billones de 2007. Es cuestión de tiempo.

Para ser miembros del club hay que tener al menos 1.000 millones de dólares (unos 730 millones de euros). La media en esta edición asciende a 3.500 millones, cantidad que Slim multiplica por 15. La fortuna forjada por el mexicano en el sector de las telecomunicaciones creció en 18.500 millones, hasta los 53.500 millones de dólares. Bill Gates le sigue muy de cerca, con una diferencia de sólo 500 millones, que como dicen los relatores de la lista "no es casi nada" en ese mundo.

Al fundador del gigante Microsoft le sigue el inversor Warren Buffet. El patrimonio de los tres guardianes del club de los acaudalados ascendió a 153.500 millones. Y así va creciendo la lista. Los 10 primeros manejan 342.000 millones, algo menos de lo que gasta el Estado español en un año. Hay tres europeos en el top ten, entre ellos Amancio Ortega, responsable de Zara, que sube una posición, hasta el noveno puesto.

EE UU se mantiene como el mayor productor de millonarios del planeta, con 403 nombres en la lista que amasan 1,3 billones de dólares. Nueva York conserva la capital de la riqueza, por delante de Moscú y de Londres. Europa cuenta con 248 integrantes, y una fortuna conjunta próxima al billón de dólares. De ellos, 13 son españoles, uno más que en la pasada edición, con una riqueza de 50.400 millones, frente a los 36.300 millones de hace un año.

El empresario Juan Abelló está entre los 164 socios que regresan. Rosalía Mera, gran accionista de Inditex, y las hermanas Alicia y Esther Koplowitz se consolidan como miembros de una lista con muy pocas mujeres (sólo 89), pese a sumar 17 nuevas socias. El multimillonario más joven es Mark Zuckerberg (25 años), fundador de Facebook, y el más anciano, Walter Haefner (99 años).

Forbes destaca que esta generación de riqueza se apoya en el repunte de los países emergentes, especialmente en Asia y Latinoamérica, donde junto a Carlos Slim destaca el brasileño Eike Batista, que la revista califica como "el gran ganador" de 2009. También cita al presidente chileno Sebastián Piñera.

El boom global vivido tras la caída del Muro de Berlín, indica Steve Forbes, "vuelve a recuperar fuerza". Pero como señala el fundador de la revista financiera, las reglas del juego están cambiando y puso como ejemplo que países como Brasil o China se hayan convertido en "creadores netos de capital", mientras que en economías ricas, como la de EE UU y la de zona euro, ocurre lo contrario.

En este punto mencionó a España, claramente "rezagada" en la recuperación, a pesar de haber aportado más ricos a la lista. Forbes insiste en que, al igual que Grecia Portugal, Irlanda e Italia, deben acometerse cambios estructurales, para que cuando pase el estrés financiero pueda crearse empleo y evitar en el futuro traumas como el producido por el colapso inmobiliario.

"España ya hizo importantes cambios estructurales en los últimos 15 años y no hay, por tanto, motivos para que esta vez no pueda salir" de la crisis, comentó. También cree que contribuirá a estabilizar la situación el hecho de que el dólar y el euro tengan un tipo de cambio más estable respecto a la cesta de divisas internacionales, porque eso evitará que se creen barreras a las empresas.

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