viernes, 12 de marzo de 2010

Periodistas arrodillados al narco: por un puñado de 500 dólares al mes, servicios de prostitutas y botellas de licor



REYNOSA (MÉXICO), 12 Mar. (Reuters/EP) -

El cártel del Golfo soborna a periodistas con dinero, prostitutas y alcohol para que no cubran los sucesos violentos que durante las últimas tres semanas se están registrando en el noreste del país en ciudades fronterizas con el estado estadounidense de Texas, según han denunciado numerosos editores y periodistas de estas zonas.

Sicarios pertenecientes a esta organización criminal pagan 500 dólares al mes y sobornan con servicios de prostitutas y botellas de licor a algunos periodistas para que intimiden y logren silenciar a sus compañeros de profesión ante la ola de violencia que desde hace tres semanas golpea a los alrededores de la ciudad industrial de Reynosa.

Estos sucesos, sin embargo, apenas han tenido cobertura mediática, a pesar de que han muerto en torno a cien personas. Esta práctica, además, ha quedado en evidencia por la gran repercusión mediática que han tenido hechos similares en otras zonas del país.

En todo México han muerto casi 19.000 personas a causa de la violencia asociada al narcotráfico desde que el presidente Felipe Calderón subió al poder en el 2006 y lanzó una campaña militar y policial contra los cárteles.

En muchas ocasiones a lo largo de los últimos años los periodistas mexicanos han sido obligados en ocasiones por sicarios a aceptar dinero para escribir favorablemente sobre los traficantes o no cubrir muertes. La diferencia es que en esta ocasión el cártel del Golfo parece capaz de silenciar casi por completo la cobertura mediática de la violencia en su zona de influencia.

"Nuestras redacciones han sido infiltradas por esos reporteros, monitorean lo que escribimos, saben dónde vivimos. Con este sistema, los narcos tienen un control directo sobre nosotros", dijo el editor de un diario local que pidió el anonimato para proteger su seguridad.

Muchos de estos periodistas a sueldo no lo ocultan y se les ve llegar a ruedas de prensa en caros vehículos todoterreno, muchas veces acompañados de hombres armados, frecuentemente para evitar que se divulgen noticias sobre asesinatos.

Un reportero en el pueblo fronterizo de Nuevo Progreso afirmó que su trabajo incluye tomar dinero de policías corruptos a sueldo del cártel del Golfo y distribuirlo a los reporteros. Por otro lado, muchos de estos 'narco periodistas', una vez detenidos, no han podido justificar los cientos de dólares que había en sus carteras, pues la mayoría de los periodistas gana menos de 400 dólares al mes.

"AQUÍ NO PASA NADA"

Los residentes de Reynosa y sus alrededores han recurrido a redes sociales como Facebook, Twitter y Youtube, donde suben vídeos tomados con sus celulares y notifican actividades sospechosas en un intento por informar del brote de violencia.

"Uno de los derechos humanos fundamentales ha sido arrebatado en esta parte de México y el Gobierno federal no dice nada", dijo el analista de seguridad independiente Alberto Islas, en Ciudad de México.

Los ataques de los narcotraficantes han hecho de México uno de los países más peligrosos para los medios, según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, en sus siglas en inglés) un organismo independiente con sede en Nueva York, que afirma que en el país azteca han muerto al menos 24 periodistas desde el 2006.

Pero algunos de los 'narco reporteros' podrían estar en mayor riesgo, pues al menos cinco periodistas sospechosos de trabajar para los cárteles desaparecieron hace dos semanas en Reynosa.

"El mensaje del cartel del Golfo es: aquí no pasa nada. Los sicarios incluso recogen sus muertos después de las balaceras para que no haya evidencia de lo que está pasando", dijo un regidor del pueblo de Río Bravo (norte de México), cerca de Reynosa.


Periodistas denuncian 5 colegas desaparecidos y uno muerto en México


MEXICO — Organizaciones de periodistas aseguran que ocho colegas fueron secuestrados por narcotraficantes en Tamaulipas (norte de México), cinco de ellos siguen desaparecidos y uno falleció, aunque la fiscalía local dijo el jueves que sólo recibió denuncia de un caso.

Según las denuncias de periodistas de ese estado mexicano acogidas por la Organización Reporteros Sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), los ocho reporteros fueron secuestrados entre el 18 de febrero y el 3 de marzo. De cinco de ellos no se tienen noticias, aseguran ambas organizaciones.

Un comunicado emitido por la SIP el miércoles en Miami asegura que otro de los periodistas secuestrados, Jorge Rábago, que tenía 49 años y trabajaba para la radio Rey, murió en un hospital a causa de golpes que habría recibido durante el plagio.

Pero la Procuraduría (fiscalía) de Tamaulipas señaló este jueves que sólo tiene denuncia de la desaparición, el 1 de marzo de 2010, del reportero Miguel Angel Domínguez del diario El Mañana, en Reynosa, ciudad fronteriza con Estados Unidos.

Esa entidad dijo que ninguna otra desaparición fue denunciada y que la versión de la muerte de Rábago que recibió es que se había tratado de un accidente. Varios diarios de Tamaulipas registraron con pesar el deceso del periodista, aunque se limitaron a señalar que se debió a un "coma diabético".

Un periodista que pidió el anonimato dijo a la AFP que efectivamente Rábago murió en un hospital tras ser hallado agonizante. "Presentaba huellas de tortura y estaba en estado de coma" tras ser golpeado, según comentó en una entrevista telefónica desde la ciudad de Matamoros, también en Tamaulipas.

Rábago fue secuestrado por presuntos narcotraficantes el 19 de febrero tras salir de una fiesta y fue encontrado el 1 de marzo en una carretera, según la SIP.

Un portavoz de la Unión de Periodistas Democráticos (UCD) en Tamaulipas rechazó hablar de las desapariciones aduciendo cuestiones de "seguridad personal".

Otros colegas de Rábago consultados desde Ciudad de México dieron versiones similares, aunque todos pidieron no ser identificados.

México, donde tres periodistas fueron asesinados en enero y 12 en 2009, es considerado el país más peligroso del continente para la prensa en varios informes internacionales.

En Tamaulipas, uno de los seis estados fronterizos con Estados Unidos, se han multiplicado las últimas semanas denuncias de crímenes de los carteles del Golfo y los Zetas, que las autoridades estatales encabezadas por el gobernador Eugenio Hernández minimizan como rumores alentados por la prensa.

El director de la SIP, Alejandro Aguirre subdirector del diario Las Américas de Miami, pidió a México pronunciarse con "urgencia y contundencia" y tomar medidas para rescatar a los plagiados.

El gobierno "debe mostrar determinación para impedir que las mafias mexicanas continúen controlando la información en Tamaulipas y otros estados", señaló por su parte Robert Rivard de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP y director del San Antonio Express-News.

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