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martes, 9 de marzo de 2010
Insatisfacción contra gobiernoEEUU parece ir en crecimiento
BBC MUNDO.- En EE.UU. la insatisfacción contra el gobierno parece ir en crecimiento. No es un tema de popularidad coyuntural, sino un fenómeno más profundo que afecta no sólo al presidente de turno o al Congreso, sino a toda la institucionalidad y a la clase política que la opera, sea de derecha o de izquierda.
Para muestra podría servir el último mes. A principios de marzo un hombre, aparentemente desquiciado, disparó a las puertas del Pentágono en Washington. Cayó mortalmente abatido, pero hirió a dos guardias.
Dos semanas antes un piloto estrelló su avioneta contra el edificio de la oficina de impuestos en Austin, Texas. Un empleado de la oficina murió en el incendio que se generó posteriormente.
A principios de febrero grupos nacionalistas y de derecha opuestos al "establishment" estadounidense que se identifican con la etiqueta del Tea Party se reunieron en Tennesse para su primera convención nacional.
Aunque los dos primeros casos pueden ser calificados como manifestaciones de la locura cotidiana, dejaron mensajes expresando rencor hacia el gobierno, una tendencia que algunos ven que toma forma en movimientos como el Tea Party, pero también en grupos más radicales y potencialmente violentos.
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"Rabia de la derecha"
De acuerdo con un reciente estudio del Centro Legal para la Pobreza Sureña (SPLC, por sus siglas en inglés), "la derecha radical cogió fuego" en el 2009, en la misma medida que avanzaba la crisis económica, se repartían las impopulares ayudas a banqueros o empresas y se profundizaban los cambios demográficos en el país.
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"Nunca había visto esto tan diseminado como lo está ahora", aseguró a BBC Mundo, Mark Potok, director del Proyecto de Inteligencia del SPLC, responsable del estudio titulado "La Rabia en la Derecha" que resume reportes gubernamentales, policiales, datos de prensa y declaraciones oficiales de los grupos investigados.
"Es impresionante cuando observas el amplio rango de todo tipo de grupos radicales de derecha: antiinmigrante de línea dura, los grupos intolerantes, los autodefinidos como "patriotas" o milicias. Hemos visto algo así como un incremento del 40% en esos grupos"
El informe del SPLC identifica 1.750 grupos, que incluyen desde milicias supremacistas blancas, colectivos antiinmigrantes o activistas radicales afroamericanos, pero considera que "de lejos, la historia más dramática es la de los "patriotas antigubernamentales".
Los "nuevos patriotas"
Los "nuevos patriotas" son similares a las milicias de mediados de la década de los 90: grupos armados de autodefensa integrados por blancos anglosajones o de origen europeo que consideran que las tradiciones culturales y políticas del país están amenazadas por los afanes de control del gobierno.
Según el SPLC en 2009 los llamados "nuevos patriotas" crecieron un 244%, pasando de 142 a 512 grupos, 127 de ellos milicias armadas.
El incidente en el Pentágono se sumó a una larga lista de sucesos.
"Esto causa una gran preocupación porque gente vinculada al movimiento patriota en su momentos álgidos de mediados de los 90 generó mucha violencia", aseguró Potok, quien recordó que el atentado de Oklahoma en abril de 1995, que dejó 168 muertos, fue ejecutado por uno de esos "milicianos".
La preocupación es compartida en diferentes oficinas del gobierno estadounidense. Desde el Departamento de Justicia y el de Seguridad Interior, hasta la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y el Pentágono tienen equipos que supervisan la actuación de los grupos radicales.
En EE.UU. la primera enmienda de la Constitución garantiza una libertad de expresión casi absoluta bajo la que se amparan muchos activistas para diseminar sus mensajes, siempre que no promuevan discriminación o violencia hacia otros.
Sin embargo, es una garantía sacrosanta que hace difícil controlar a quienes se reúnen para "expresar sus opiniones", aunque a veces esas expresiones puedan ser consideradas "incitaciones". Se trata de una línea delgada que los juristas transitan con extremo cuidado.
Por restricciones legales, el gobierno estadounidense no puede limitar la actuación de esos colectivos por radicales que sean sus opiniones "hasta que no cometan acciones criminales", según dijo a BBC Mundo una fuente del Departamento de Justicia que sigue el fenómeno pero que no puede ser identificada por no estar autorizada a dar declaraciones.
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Bajo vigilancia
"La derecha cogió fuego en 2009", según el SPLC.
Aunque el SPLC no recibe financiación del gobierno, la fuente dijo a BBC Mundo que sus reportes "tiene peso" y dentro del departamento de Justicia "son tomados en cuenta a la hora de analizar el fenómeno de los grupos radicales", aunque declinó comentar cuánta credibilidad pueden darle en otras dependencias que siguen el tema.
"No quiero pintar un cuadro en el que el país esté al borde de la destrucción. Eso sería una exageración" afirmó Mark Potok, quien aclaró que aunque hasta unas 300.000 personas puedan ser parte de estos movimientos, en términos relativos "no se trata de un porcentaje tan grande para un país de 300 millones de habitantes".
Pero muchos estadounidenses parecen estar perdiendo la paciencia con la forma de hacer política, de acuerdo con varios estudios de opinión que se han presentado en los últimos meses.
En uno realizado por la televisora NBC y el diario Wall Street Journal se afirma que sólo la cuarta parte de los consultados confía en el gobierno y que el 60% considera que el país está en declive.
Para muchos analistas esos números muestran una amplia base de descontento que abre la puerta no sólo a tendencias alternativas a republicanos o demócratas, sino a estos movimientos con agendas radicales.
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