miércoles, 3 de marzo de 2010

Mujer dominicana entregada al esfuerzo de alimentar y salvar vidas de niños de Haití



MANUEL AZCONA
azcona96@hotmail.com

Sonia Marmolejos dejó en su casa a su bebé recién nacido, tomo un autobús del transporte público y se trasladó al hospital Darío Contreras, para amamantar a niños haitianos víctimas del terremoto que están internos en ese centro traumatológico.

La madre dominicana alimentó a varios de los más de 20 niños del vecino país internos en el Darío Contreras por lesiones que sufrieron en sus viviendas en Puerto Príncipe, fruto del devastador sismo.

Su rostro mostraba una gran satisfacción mientras daba el seno a un bebé con un profundo golpe que le hundió parte del cráneo y cuya madre está interna en estado de gravedad en el hospital de Jimaní.

“Me enteré de que aquí había niños haitianos muy recién nacidos y vine a ver en que podía ayudar y le estoy dando el seno a este niño, éste no es el mío, tengo uno pequeño, pero estoy aquí ayudando, dándole el seno”, precisó.

Sonia, de pocas palabras, pero al parecer con un gran sentimiento humanitario, no especificó el tiempo que estaría en el hospital, ni si volverá en otras ocasiones.

En el Darío Contreras hay cerca de 84 haitianos con problemas severos, incluyendo piernas y brazos amputados, y de ese total hay 20 niños ubicados en salas bien higienizados y cuidadas. Solo cinco fueron intervenidos quirúrgicamente, incluyendo el bebé amamantado por Sonia.


GESTO DE SONIA TOMA RELEVANCIA

El presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández Reina, ante la Asamblea Nacional, ante la rendicion de cuentas de gestión, conmitivo del 166 aniversario de la Independencia Nacional,hizo alusión al gesto humanitario de Sonia Marmolejos a favor niños haitinos

En su discurso el jefe de Estado dominicano señalaba "Diversas historias podrán ser contadas de los múltiples actos de apoyo y solidaridad realizados tanto por instituciones del Gobierno como por organizaciones del sector privado, pero la que probablemente más perdurará en el recuerdo, por su inmenso sentido humanitario, será la de una madre dominicana lactando a una criatura haitiana".

¡Cuán conmovedor y maravilloso!

"Personalmente quedé tan impresionado por esa imagen que no pude resistir la tentación de pedirle a esa noble mujer dominicana, expresión de lo más puro de nuestros sentimientos, que nos acompañara hoy aquí a esta sesión solemne", exclamó Fernández Reina.

Agregó en su pieza oratoria ante el Congreso Nacional "En efecto, aquí se encuentra entre nosotros. Ella es Sonia Marmolejos; y le solicito a todos ustedes que le tributemos nuestro reconocimiento; y a través de ella, a todo el pueblo dominicano".

EDITORIAL DE LISTIN DIARIO, Rep. Dominicana

La Sonia de la caridad dominicana
Sólo por su espontáneo y maternal gesto de amamantar a unas veinte criaturas haitianas damnificadas del terremoto, la dominicana Sonia Marmolejos sintetizó magistralmente toda la carga de auxilio, bondad y cooperación con que nuestro país afrontó la tragedia de Haití.

Ella, sin buscar cámaras para el figureo, humildemente entregada al esfuerzo de alimentar y salvar vidas de niños con los cuales no tenía un vínculo de sangre o parentesco ni los había visto antes, no reparó en nacionalidad ni en otros detalles para ofrendar su amor por los demás.

La providencia quiso que, en el momento en que ella lactaba a su propio hijo, una fuerza la impulsara a ir al hospital Darío Contreras y pusiera ante sus ojos las imágenes de niños haitianos llorosos, hambrientos y adoloridos, y abriera la caridad de su corazón para darle la leche de sus senos a los sufrientes.

En una escala mayor, con más alimentos, más medicinas, más utensilios, más apertura a la cooperación de voluntarios, el gesto de Sonia se redimensionó con la ayuda y colaboración que prestó todo el pueblo dominicano al haitiano en los momentos más decisivos de su historia contemporánea.

Sonia Marmolejos, nuestra heroína, la Sonia de la caridad dominicana, merece ser condecorada con la orden más representativa de la nación, por haber puesto en alto el valor de la solidaridad humana y el supremo privilegio de poseer el don que da la vida, con mucho más humildad, sinceridad y gratitud con que otras y otros pretenden ganar lauros sin haber dado ni un biberón, ni un vaso de agua al sediento, ni una ropa o abrigo a los desamparados haitianos, en el momento justo en que lo necesitaban.

Esta es la Sonia a la que debemos premiar y reconocer, esencia y fundamento de la solidaridad dominicana.

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