

TEGUCIGALPA, 4 Mar 2010 (AFP) - La ola de asesinatos que azota a Honduras, entre ellos el de una jueza, y el tiroteo contra una periodista de televisión, ha obligado a las autoridades hondureñas a buscar salidas de emergencia a la situación de inseguridad con un plan de emergencia.
"La solución permanente será el establecimiento de una estrategia de seguridad, la cual ya tenemos pero no será de la noche a la mañana sino que será un proceso", anunció el ministro de Seguridad, Oscar Alvarez, en declaraciones a radios locales.
Alvarez dirigió el ministerio de Seguridad en el gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006) cuando emprendió una cacería de miembros de las maras y pandillas a través de la política de "cero tolerancia" o "mano dura" contra la delincuencia.
Sin embargo, no se redujeron los índices de violencia, que han llegado a ser los más altos del mundo, con 59 homicidios por cada 100.000 habitantes.
"Estamos haciendo todos los elementos estratégicos de un plan de seguridad (...) y vamos a lograr salir victoriosos y parte de la estrategia es la cárcel de máxima seguridad que va a estar inaugurada en abril" en Támara, 25 km al norte de la capital, prometió.
Anunció que dentro del plan se establecerá la "cadena perpetua para los sicarios, narcotraficantes y secuestradores".
Honduras padece una ola de violencia sin tregua que deja un promedio de doce muertos por día, según un observatorio especializado.
Pero en los últimos días pareció recrudecerse: el miércoles, pistoleros mataron a la jueza de la niñez Olga Laguna y un día antes dispararon contra un funcionario de la municipalidad de San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, situada a 240 km al norte de la capital, aunque resultó ileso.
La noche del lunes la polémica periodista Carol Cabrera fue atacada a tiros por pistoleros en la capital, y murió su acompañante, el estudiante de periodismo Joseph Ochoa.
Una hija de 16 años de Cabrera había muerto a tiros el 15 de diciembre pasado.
Acérrima defensora del régimen de facto de Roberto Micheletti y crítica del depuesto mandatario Manuel Zelaya en el gubernamental Canal 8 de televisión, Cabrera responsabilizó el miércoles de nuevo a los zelayistas del Frente de Resistencia Popular del atentado.
La embajada estadounidense en Tegucigalpa señaló que "es preocupante el intento de asesinato de la periodista Carol Cabrera el pasado 1 de marzo. La embajada desea una pronta recuperación de Cabrera, y expresa su más sentido pésame a la familia del joven Joseph Ochoa, quien perdiera la vida durante el intento de asesinato", añadió el comunicado.
Agrega que "la embajada ha seguido de cerca denuncias de que activistas anti-golpe de Estado han sido recientemente víctimas de la violencia y la intimidación basado en sus creencias políticas" y "expresa su más sentido pésame a todas las víctimas y sus familias".
Juan Barahona, coordinador de la Resistencia, sin embargo, rechazó que esa agrupación tenga que ver con los atentados.
"Nuestros métodos de lucha son pacíficos; no apelamos a la violencia, sobre todo, defendemos la vida humana, más bien nosotros hemos sufrido... nos han matado como a cien compañeros", expresó el dirigente.
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