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lunes, 8 de febrero de 2010
El 2009 termina “una década mortífera” para los periodistas
BRUSELAS.- La Federación Internacional de Periodistas (FIP), acaba de sacar a la luz su publicación anual sobre los empleados de los medios y periodistas que –en 2009- perdieron la vida en el ejercicio de su profesión, donde detalla los datos, entre los que se cuentan 32 víctimas de la matanza que tuvo lugar el pasado mes de noviembre en Maguindanao, Filipinas.
“No se trata sólo de dar los nombres de esos periodistas y de los demás trabajadores de los medios asesinados en 2009”, aseguró Aidan White, Secretario General de la FIP: “Ponemos el acento en los aspectos de un relato abrumador que resalta la continuidad de los peligros y riesgos que provocan la muerte de nuestros colegas en todos los rincones del mundo”.
El año 2009, según la FIP, ha sido uno de los más sangrientos para los periodistas. Cierra, además, una década letal para el periodismo, pues hubo un número muy elevado de asesinatos de profesionales de los medios. El informe destaca, por ejemplo, la muerte de la periodista canadiense, Michelle Lang, asesinada en Afganistán el día 30 de diciembre.
También el caso del asesinato del fotógrafo Jepon Cadagdagon, que se convirtió en una de las víctimas de Maguindanao. Ambos forman parte de una suma que –a lo largo del año que acaba de terminar- asciende a 139 periodistas asesinados.
La región de Asia-Pacífico ha sido el área en donde hubo el mayor número de muertos, por delante del continente americano, donde hubo 30 asesinados, 13 de ellos en México.
En sus conclusiones, el informe señala que el grado de violencia contra los medios, al nivel constatado en 2009, sugiere la probabilidad de matanzas similares en países como Somalia, donde la ley está ausente desde hace años, o en el mismo México donde se enseñorean los jefes del narcotráfico.
“La negligencia de los gobiernos a la hora de asumir seriamente sus responsabilidades y la falta de protección del personal de los medios de comunicación, deja la iniciativa en manos de los violentos”, concluyó White: “La única solución consiste en asumir el compromiso absoluto de terminar con los impunidad de la que disfrutan los asesinos de los periodistas”.
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