SANTO DOMINGO, Rep. Dominicana.- La representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Gilka Meléndez, advirtió que la desigualdad entre los hombres y las mujeres sigue generalizada y profundamente arraigadas en muchas culturas y destacó que las mujeres y los niños constituyen las tres quinta parte de mil millones de personas más pobres del mundo.
“Las mujeres son las dos terceras partes de los 960 millones de adultos del mundo que no saben leer. Las relaciones de poder tienen generalmente su origen en aspectos culturales que moldean la dinámica de genero y subordinan a la mujer”, sostuvo.
Señaló, además que “el derecho a la vida, no significa solamente respirar y alimentarse, involucra también elementos que promuevan la inclusión socioeconómica de cada persona y grupo de forma participativa, en su desarrollo individual y como parte de una sociedad”.
Sostuvo que las mujeres han logrado hacer visible la violencia por motivo de género y lograron la aprobación de leyes que combaten estas violaciones. Sin embargo, el conocimiento, reconocimiento y aplicación generalizada de estas leyes todavía esta pendiente en la agenda nacional e internacional”.
Manifestó que para la República Dominicana el Informe 2008 presenta una tasa de mortalidad materna de 150 por 100 mil nacidos vivos, y una tasa de mortalidad infantil de 29 por cada mil nacidos vivos. Ambos corresponden a las mismas cifras del 2007.
Señalo que “la esperanza de vida al nacer aumentó en los hombres de 65,2 a 69,4 años, y en las mujeres de 72,1 a 75,6 años. La tasa de prevalencia de VIH en el país es de 1,0 a 1,1% en personas entre edades de 15 a 49 años; lo que indica que en el país la epidemia se mantiene estable”.
Entiende que “la educación universal, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, la ampliación de los medios de acción de la mujer, y la igualdad de género, constituyen puntos fundamentales en el impulso de los derechos humanos”.
La representante del organismo internacional dijo que “la planificación con sensibilidad cultural abarca una multiplicidad de aspectos, como: amplia participación, apoyo de estructuras locales, evidencias sólidas, alianzas, fomento de capacidades comunidades y creación de oportunidades. Por tanto, la cultura no debe verse como una barrera, sino como una oportunidad”.
Por otro lado sostuvo que los migrantes internacionales en el 2005 fueron de 191 millones, los cuales enviaron remesas por valor de 251,000 millones de dólares en el año 2006, y destaca que las remesas más que un fenómeno económico, demuestran de qué manera las culturas pueden aportar seguridad económica a las familias. “Esto explica, culturalmente, la comprensión compartida y respuestas comunes relativas a las responsabilidades y obligaciones familiares”, recalcó.
Meléndez apunto que “si los profesionales del desarrollo hacen caso omiso de la cultura, este hecho generaría consecuencias negativas; no debido a que la cultura lo sea todo, sino a causa de que la pobreza, la carencia de salud, la falta de educación y los conflictos, también contribuyen a destruir y socavar la cultura”.
Por último, la Representante del UNFPA concluyo diciendo que “los Derechos Humanos son el mundo de cada persona individual, la comunidad en que vive, la escuela a la que se asiste, la fábrica, granja u oficina donde se trabaja. Esos son los lugares donde cada hombre, cada mujer o cada niño y niña busca igual justicia, iguales oportunidades e igual dignidad, sin discriminación”.
“Las mujeres son las dos terceras partes de los 960 millones de adultos del mundo que no saben leer. Las relaciones de poder tienen generalmente su origen en aspectos culturales que moldean la dinámica de genero y subordinan a la mujer”, sostuvo.
Señaló, además que “el derecho a la vida, no significa solamente respirar y alimentarse, involucra también elementos que promuevan la inclusión socioeconómica de cada persona y grupo de forma participativa, en su desarrollo individual y como parte de una sociedad”.
Sostuvo que las mujeres han logrado hacer visible la violencia por motivo de género y lograron la aprobación de leyes que combaten estas violaciones. Sin embargo, el conocimiento, reconocimiento y aplicación generalizada de estas leyes todavía esta pendiente en la agenda nacional e internacional”.
Manifestó que para la República Dominicana el Informe 2008 presenta una tasa de mortalidad materna de 150 por 100 mil nacidos vivos, y una tasa de mortalidad infantil de 29 por cada mil nacidos vivos. Ambos corresponden a las mismas cifras del 2007.
Señalo que “la esperanza de vida al nacer aumentó en los hombres de 65,2 a 69,4 años, y en las mujeres de 72,1 a 75,6 años. La tasa de prevalencia de VIH en el país es de 1,0 a 1,1% en personas entre edades de 15 a 49 años; lo que indica que en el país la epidemia se mantiene estable”.
Entiende que “la educación universal, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, la ampliación de los medios de acción de la mujer, y la igualdad de género, constituyen puntos fundamentales en el impulso de los derechos humanos”.
La representante del organismo internacional dijo que “la planificación con sensibilidad cultural abarca una multiplicidad de aspectos, como: amplia participación, apoyo de estructuras locales, evidencias sólidas, alianzas, fomento de capacidades comunidades y creación de oportunidades. Por tanto, la cultura no debe verse como una barrera, sino como una oportunidad”.
Por otro lado sostuvo que los migrantes internacionales en el 2005 fueron de 191 millones, los cuales enviaron remesas por valor de 251,000 millones de dólares en el año 2006, y destaca que las remesas más que un fenómeno económico, demuestran de qué manera las culturas pueden aportar seguridad económica a las familias. “Esto explica, culturalmente, la comprensión compartida y respuestas comunes relativas a las responsabilidades y obligaciones familiares”, recalcó.
Meléndez apunto que “si los profesionales del desarrollo hacen caso omiso de la cultura, este hecho generaría consecuencias negativas; no debido a que la cultura lo sea todo, sino a causa de que la pobreza, la carencia de salud, la falta de educación y los conflictos, también contribuyen a destruir y socavar la cultura”.
Por último, la Representante del UNFPA concluyo diciendo que “los Derechos Humanos son el mundo de cada persona individual, la comunidad en que vive, la escuela a la que se asiste, la fábrica, granja u oficina donde se trabaja. Esos son los lugares donde cada hombre, cada mujer o cada niño y niña busca igual justicia, iguales oportunidades e igual dignidad, sin discriminación”.
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