Esto no es más que una expresión de la degradación social en que vive la población dominicana ante la presencia del narcotrafico en el país, en donde figuran miembros de la Marina de Guerra, de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y otros estamentos del Estado.
EDITORIAL LISTIN DIARIO: El “síndrome Sobeida”
En esta “sociedad del espectáculo”, como la bautizara Mario Vargas Llosa, no es de extrañar que la exaltación de los falsos ídolos ocupe un lugar preferente en el libreto de nuestras tragicomedias sociales.
Es lo que pasa ahora, cuando una inesperada tendencia a trivializar las horrendas aventuras de las más célebres fi guras del mundo del narco o del crimen organizado, abre la vía para sublimizar a estos personajes, sea por la atracción que ejercen con sus costosos bienes o prendas, o por el “feeling” y la belleza física que los puede igualar a los más afamados actores del gran cine.
Esto no es más que un refl ejo de la decadencia de valores morales y sociales al conjuro de un afán de enriquecimiento o de violentación de normas y reglas, tras de lo cual parece legitimarse o pasar como algo normal que cualquiera se abra paso en la vida extorsionando, intimidando, matando o mandando a matar gentes, consumiendo o vendiendo drogas, contrabandeando lo que sea, en la persecución de una felicidad que no es tal.
¿Acaso está ciega la sociedad y no se da cuenta de que está dejándose arrastrar a una peligrosa exaltación de falsos ídolos y modelos que sólo le hacen daño y que la debilitan intrínsecamente? ¿Acaso estamos perdiendo la capacidad de discernir entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo pernicioso y lo útil, entre lo moral e inmoral?
Lo que estamos presenciando en estos días, en que niños y jóvenes y hasta medios de comunicación se complacen en desdoblar la verdadera naturaleza y catadura de ciertos personajes para idealizarlos o asumirlos piadosamente como admirables fi guras, olvidando la madeja de sus tenebrosas acciones, es una inconfundible muestra de hasta dónde hemos llegado en la banalización de los problemas o fenómenos sociales más determinantes, para vivir en cambio al margen de ellos, entretenidos con todas estas novedades que día a día nos trae la “sociedad del espectáculo” en que estamos sumergidos.
"Narco rap" gana terreno en México
La agrupación mexicana El Cártel de Santa opina que "No sólo de corridos vive el narcotraficante y, con el cambio generacional y la cada vez mayor juventud de los ejércitos de la droga, algunos comienzan a preferir que les compongan un rap en lugar de un tradicional narcocorrido".
"El nuevo narcotráfico... están 'chavalones' (jóvenes), ya no son esos 'viejones' que les gustaban los corridos", dijo en entrevista con Efe el multitatuado Babo, uno de los tres cantantes de esta formación dedicada al hip hop y rap, considerada entre las más sobresalientes de México.
Hasta ahora, la música considerada como del gusto de capos y sicarios era la llamada "grupera", anclada con fuerza en la tradición popular del norte de México, en la que se incluyen los exitosos narcocorridos.
"He hecho canciones que me han pedido los narcos, hay una ahí que se llama 'El Tigre', en Internet", explicó el rapero, cuyas letras reflejan "el calor del barrio", ahora que la violencia está desbordada en México por la guerra entre carteles.
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